En un bar se encuentran inesperadamente. Ella, Karen, trae hoy el cabello suelto e impide dejar ver sus ojos. Todo empieza cuando un italiano le abre la puerta para que ella pase, de una manera tan gentil. Ella se siente tan conmovida, pero su bienestar sólo dura un par de segundo, cuando ella ve sus ojos. Sus ojos italianos lo dicen todo y ella simplemente corre despavorida de ahí, sin querer saber nada más de él.
En cambio él jamás logra ver los ojos de ella.
Diciembre 2012
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